Calentitas y en un cucurucho de papel de periódico, como manda la tradición. Así se repartieron cientos de kilos de castaña en Maroween 09. Largas colas se formaron desde la seis de la tarde para degustar este producto tan típico del otoño, aunque las temperaturas fueses más propias de verano.
En la Edad Media se consumía gran cantidad de castañas y el motivo de este consumo era sobretodo el precio, la facilidad de encontrarlos y su alto valor nutritivo. Hasta hace poco tiempo era habitual encontrar castañeras en las esquinas de muchos pueblos y ciudades cuando empezaban a caer las primeras hojas del otoño.
En la actualidad, ya todo el mundo sabe que puede disfrutar de un buen cucurucho de castañas en Maro, hasta fin de existencias, todos los 31 de octubre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario